La lombriz epigea es un ser muy primitivo, pero al mismo tiempo muy eficiente, que necesita unas condiciones de vida muy concretas, que sin ser difíciles de conseguir, son verdaderamente importantes y decisivas en su cría. Si algunas de ellas falta, este animal se debilita y muere. Existen varias causas de una muerte masiva de lombriz: falta de oxígeno, ausencia de alimento y falta de adaptación a nuestro clima son algunas de ellas. Por eso es tan importante adquirir lombriz roja sana, autóctona (europea) y de un criador de plena confianza. Te ahorrarás muchos problemas.

No, la lombriz de vermicompostaje más eficiente es la del género eisenia o lumbricus. Son lombrices de compost y vermicompost específicas para producir abonos orgánicos, ya que su ritmo de alimentación y reproducción es muy superior al de otros géneros y especies. La lombriz de tierra, lumbricus terrestris, no es una lombriz adecuada para hacer vermicompost en cautiverio, aunque se trata de una lombriz muy conveniente para tener en tu huerto o jardín.

Para nada, es algo muy sencillo. Incluso se puede hacer dentro de casa, sin olores ni problemas. Siempre y cuando se disponga de buena lombriz y unos vermicompostadores bien construidos para el compostaje en interiores. Si adquieres nuestra lombriz te obsequiamos con una pequeña guía en PDF donde te resumimos algunas cuestiones báscias que debes tener en cuenta. Además puedes comprar nuestro curso sobre lombricultura y ponerte al día de forma rápida y sencilla.

Dependeiendo del género y especie, pero las lombrices epigeas, aptas para hacer compost, comen muchos hongos, bacterias y nemátodos, que se encuentran recubriendo la materia orgánica en descomposición. Por eso, un pie de cría de calidad y lleno de microbiología auxiliar autóctona, ayuda enormemente a poner en marcha tu proceso de vermicompostaje. 

No, las lombrices no pueden ver ni oler, tal y como nosotros lo entendemos. Se comunican a través de fluidos que perciben de forma cutánea.

Mucho, en estado salvaje las vibraciones y ruidos les hacen quedar inmóviles, pues lo entienden como una amenaza de sus depredadores, que andan cerca. Por eso, debemos evitar colocarlas en lugares donde perciban vibraciones agudas o ruidos muy fuertes. Son muy amantes de la oscuridad y la quietud que proporciona el manto del bosque.

En cautiverio, se han dado casos de más de diez años, lo que es mucho en comparación con su vida en estado salvaje, donde no suelen vivir más de uno o dos años, ya que tienen muchos depredadores naturales.

Eso no es malo, ya que la lombriz necesita oscuridad y tranquilidad. Cuanto menos se la perturbe mejor. No es necesario nada más que abrir la tapa cada cierto tiempo e ingresar el alimento por capas. Poco a poco nos iremos acostumbrando a su presencia y comenzaremos a verla como lo que es: un eficiente ser vivo de nuestro planeta, del que podemos obtener mucha ayuda con poco trabajo.