La fertilidad orgánica se refiere a la capacidad que tiene un suelo de proporcionar los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas. De manera natural, sin depender de productos químicos sintéticos, ni de la mano del ser humano. Se trata de un sistema cíclico y eterno, que utiliza como patrón ecosistemas complejos. Totalmente autosuficientes, como los bosques y las praderas, que existen y persisten gracias a la energía solar. En términos simples, un suelo orgánicamente fértil es capaz de mantener y mejorar su salud y estructura. Lo que permite un desarrollo sostenible de plantas y microorganismos, así como la fauna que depende de ellos.
Para lograr la fertilidad orgánica, debemos promover el uso de prácticas agrícolas sostenibles y orgánicas que incluyen:
- Compostaje: La adición de materia orgánica al suelo a través del compostaje mejora la estructura del suelo. Aumenta la retención de agua y proporciona nutrientes esenciales para las plantas. El compost es la base de toda vida. Es sin duda el alimento básico de toda planta o especie vegetal. Al igual que el ser humano, las plantas necesitan de una alimentación básica. Si ésta no es buena y completa, necesitará de ciertos complementos. Cuando la planta tiene una buena alimentación básica (un buen compost, nuestro compost grial), entonces no necesita de alimentación complementaria. Si la planta tiene alguna deficiencia, al igual que el ser humano, es porque su alimentación básica no es buena ni completa. Es entonces cuando la planta, igual que el ser humano, necesita de una alimentación complementaria (abonos). En un bosque o pradera, el humus y el mantillo (compost), tiene absolutamente todos los nutrientes (minerales), que en su día fueron capturados por las plantas formando parte de sus estructuras, con ocasión de la fotosíntesis, y ahora regresan al suelo.
- Abonos orgánicos: Utilización de preparados orgánicos y naturales, como estiércol animal o abonos verdes, en lugar de fertilizantes sintéticos, ayudan a mitigar los desastres que la agricultura, como acción perturbadora, produce en todo suelo. Estos abonos orgánicos liberan nutrientes de manera más gradual que aquellos sintéticos, promoviendo un crecimiento más equilibrado de plantas y microorganismos. La preparación de estos preparados (abonos), dependerá en cada caso de la situación de cada suelo, el entorno, el clima y diversos factores ambientales y naturales, que requieren de la intervención y análisis de un experto naturalista, antes que de un agricultor o jardinero. Los abonos orgánicos no son necesarios en suelos orgánicos donde existe una fertilidad orgánica que se cicla de forma autosuficiente.
- Rotación de cultivos: Cambiar los cultivos de una temporada a otra ayuda a prevenir la falta de nutrientes específicos en un suelo y reduce, por tanto, la probabilidad de enfermedades y plagas. La biodiversidad y el cambio puede ser la solución en ciertos suelos que buscan la fertilidad orgánica, en un proceso gradual, hasta que se llega a ella. La rotación de cultivos es un pilar básico de la agricultura ecológica, si bien tampoco es esencial ni estrictamente necesario en suelos fértiles que se retroalimentan por ellos mismos.
- No uso de pesticidas y herbicidas sintéticos: Optar por métodos de control de plagas y malas hierbas que no involucren productos químicos, sintéticos o naturales, como el uso de insectos beneficiosos (bio-control) o la rotación de cultivos. Debemos tener en cuenta que el uso y aplicación de pesticidas y herbicidas produce desequilibrios. Estos desequilibrios se acumulan en el suelo hasta hacerlo dependiente 100% del ser humano. El mejor agricultor es aquel que observa mil veces y actúa solo una.
- Mantenimiento de la biodiversidad: Fomentar la biodiversidad de plantas y microorganismos en el suelo, promueve un ecosistema equilibrado, fértil y autónomo, que se retroalimenta. Las grandes acciones dan como resultado grandes mejoras. Las pequeñas acciones dan como resultado pequeñas mejoras. Actuar siempre en pro de la biodiversidad, es actuar siempre en pro de la fertilidad orgánica.
Como puedes ver, el enfoque de la fertilidad orgánica se basa en prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, buscando mantener la salud del suelo a largo plazo y minimizar el impacto negativo en el entorno, como consecuencia de nuestra exagerada intervención.
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