Los ácidos húmicos y fúlvicos son una agrupación de moléculas aromáticas y fenólicas procedentes de la descomposición de la materia orgánica por parte de los microorganismos del suelo. También contienen compuestos nitrogenados cíclicos y alifáticos que son sintetizados por estos microorganismos. Tienen un alto peso molecular y pueden persistir por miles de años en el suelo.
Las sustancias húmicas, presentes en los ácidos húmicos, se forman en el suelo de manera natural, por parte de los microorganismos descomponedores, de moléculas de plantas muertas, como por ejemplo la lignina (polímeros fenólicos), y también de restos de animales muertos.
Existen preparados de ácidos húmicos en el comercio, hechos a partir de leonardita, vermicompost o compost, así como otras fuentes de materia orgánica o mineral. En su fabricación industrial se utiliza hidróxido de potasio, pero al ser un elemento peligroso y altamente corrosivo, aquí lo daremos de lado. Confiamos en la madre naturaleza.
Cómo preparar tus ácidos húmicos y fúlvicos
Antes de nada, me gustaría comentarte que los tiempos y la forma de realizar este preparado es la que se adapte mejor a las necesidades de tu suelo o la finalidad para la que se utilice. Por tanto, no existe una receta única y universal. Habrá que analizar y estudiar cada suelo, cada deficiencia, cada enfermedad, para poder llevar a cabo una receta adecuada que la mitigue.
Así, si lo que pretendemos es obtener sólo los nutrientes de nuestro compost y los ácidos húmicos, y retener a los microorganismos en nuestro compost sólido, únicamente filtraremos el agua unas diez o doce veces de manera pasiva. Recordemos que los microorganismos están pegados a la materia orgánica (mediante la formación de agregados).
De otro modo, si pretendemos obtener un gran número de microbiología, entonces deberemos dejar reposar el compost en agua (extracto/purín). Las burbujas son el indicador de la vida de nuestro producto que deberemos aplicar enseguida como probiótico.
Por último, si dejamos almacenado este líquido obtenido, toda la microbiología morirá, por falta de oxígeno y nutrientes, pero quedarán sus cuerpos como un alimento y prebiótico natural para el suelo. El lodo o poso que queda en el fondo del cubo, es donde se encuentran todas estas bacterias, hongos, protozoos y nemátodos, muertos y llenos de nutrientes a la espera de que algún microartrópodo del suelo libere todos esos nutrientes para tus plantas (biol).
Como ves, cada preparado se debe fabricar atendiendo a unos parámetros distintos. Pero los ácidos húmicos y fúlvicos siempre tienen algo en común, y es que curan suelos enfermos y mantienen sanos aquellos suelos vivos pero cansados o estresados. Y es que los ácidos húmicos y fúlvicos son el mejor reconstituyente para tu suelo.
Qué propiedades y beneficios tienen los ácidos húmicos y fúlvicos
Los ácidos fúlvicos tienen un color amarillo o marrón. Son solubles con cualquier nivel PH actúan en la raíz de forma rápida penetrando en la planta. Aumentan la biodisponibilidad.
Los ácidos húmicos tienen un color negro o marrón oscuro. Actúan directamente sobre la nutrición de las plantas liberando los nutrientes del suelo. Estabilizan el PH del suelo. Aumentan la permeabilidad y la estructura del suelo. Mitigan el estrés de las plantas. Aumentan la disponibilidad de CO2 para la respiración de las plantas.
- Aumento de producción agrícola, dado el incremento de la masa radicular de la planta lo que conduce a una mayor absorción de elementos nutritivos del suelo.
- Mejor absorción de los elementos nutritivos en el suelo y estimulación del sistema inmunológico de la planta.
- Fortifican y protegen los cultivos contra plagas y enfermedades.
- Aumento de la aireación en el suelo, remediador en suelos enfermos, descompactador de suelo, formador de suelos orgánicos y fértiles, mejoran el intercambio catiónico (suelos arenosos), mejoran la retención de agua, evitan la lixiviación del suelo. También forman agregados en el suelo.
- Por su contenido en fitohormonas potencia la germinación de semillas.
Cómo aplicar los ácidos húmicos y fúlvicos
Debemos diluirlos con agua de lluvia, entre un 1% y un 20%, dependiendo de su pureza y densidad, puede aplicarse en forma foliar o regando al pie cada 15 o 20 días, sin importar aplicarlo de forma regular junto con el riego. Al contrario. En ese caso disminuiremos la dosis. Mejor poco y de continuo que mucho y espaciado.
Indicado para plantación y trasplante, bioestimulante y microbiota del suelo. Aporta fertilidad al mismo.
Incluso el ácido húmico se puede utilizar con éxito para desclorar agua y desproveerla de las cloraminas que dañan nuestra microbiología. Con una gota por cada 3 litros de agua sería suficiente, para hacernos una idea de su alta eficacia.
Y por supuesto la mejor aplicación, en nuestras pilas de compost, cúmulos de M.O., lechos de lombriz y cultivos de hongos indígenas.
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