Biopreparados
La fertilización es una práctica esencial en la agricultura y jardinería que ayuda a las plantas a crecer sanas y fuertes. Los fertilizantes se pueden clasificar en dos grandes categorías: orgánicos e inorgánicos. En este post, exploraremos las diferencias, ventajas y desventajas de cada tipo para ayudarte a tomar la mejor decisión para tu jardín o cultivo.
¿Qué son los Fertilizantes Orgánicos?
Los fertilizantes orgánicos están compuestos por materiales de origen natural, como restos de plantas y animales. Estos fertilizantes se descomponen lentamente, liberando nutrientes de manera gradual y mejorando la estructura del suelo.
Ejemplos Comunes de Fertilizantes Orgánicos:
- Compost: Hecho por parte de los microorganismos aerobios a partir de diversos desechos y residuos de forma controlada por jardineros y agricultores.
- Bioles: Provienen de la fermentación y mineralización de desechos vegetales o estiércoles, con la ayuda de microorganismos y enzimas.
- Harinas: Ricas en distintos elementos y nutrientes esenciales para las plantas.
Ventajas de los Fertilizantes Orgánicos:
- Mejoran la Salud del Suelo: Aumentan la actividad microbiana y mejoran la estructura del suelo.
- Liberación Lenta de Nutrientes: Los nutrientes se liberan gradualmente, proporcionando un suministro constante y duradero a las plantas.
- Sostenibilidad: Utilizan recursos naturales y pueden ser producidos localmente y de forma prácticamente gratuita.
¿Qué son los Fertilizantes Inorgánicos?
Los fertilizantes inorgánicos, también conocidos como fertilizantes sintéticos, son productos manufacturados que contienen nutrientes esenciales en formas concentradas. Estos fertilizantes son diseñados para liberar nutrientes muy rápidamente.
Ejemplos Comunes de Fertilizantes Inorgánicos:
- Nitrato de amonio: Nitrógeno.
- Superfosfato: Fósforo.
- Sulfato de potasio: Potasio.
- NPK: Fertilizantes que combinan nitrógeno, fósforo y potasio en proporciones específicas.
Desventajas de los Fertilizantes Inorgánicos:
- Impacto Ambiental: Contaminan el agua subterránea y degradar el suelo pues se lixivian con mucha facilidad.
- Alteración de la Microbiología del Suelo Vivo: La fertilización inorgánica del suelo inhibe la red trófica del suelo vivo, que sustenta cualquier ecosistema climax terrestre.
- Costo: Pueden ser más caros a largo plazo, especialmente si se utilizan en grandes cantidades.
¿Cuál es la Mejor Opción?
Por tanto, siempre es mucho mejor, desde nuestra opinión, utilizar los fertilizantes orgánicos, con el fin de nutrir el suelo a largo plazo, evitar la contaminación de acuíferos y ecosistemas, propiciar la vida microbiana y resiliente en el suelo, gestionar los residuos del huerto, jardín y ganado «in situ», favorecer el ciclo de nutrientes automático del planeta, ahorrar costes y energía que se libera a la atmósfera contaminándola, sin ser utilizada (stock de fertilizantes sintéticos), y un sinfín de motivos más.
- Para un enfoque sostenible y a largo plazo: El compost y humus de lombriz son ideales para mejorar la salud del suelo y promover un ecosistema equilibrado.
- Para necesidades inmediatas y específicas: Los bioles son perfectos, cuando las plantas requieren un mayor aporte de sustancias nutritivas.
Por tanto, los fertilizantes orgánicos tienen su lugar en la agricultura y jardinería. Lo importante es entender las necesidades de tus plantas y el entorno en el que crecen para hacer una buena elección y forma de trabajar. Fíjate bien en un bosque y aprenderás mucho de él. Si te gustó este post compártelo en tu redes sociales.